Días muy duros...

Hola

Antes que nada, creo que os debo algunas explicaciones. Seguramente habréis notado mi baja actividad por estos días, pero han sucedido un cúmulo de sucesos que apenas me han dado tiempo para nada.
Primero han sido los exámenes. Tenía dos semanas seguidas de finales, y sólo pude subir dos entradas programadas y otra en clase de informática. He dejado los blogs completamente abandonados, lo sé, y muchos concursos pendientes de apuntarme.
Esta semana iban a acabar por fin, y al estar libre, planeaba volver de nuevo por aquí. Sin embargo, ha ocurrido algo inesperado, algo muy doloroso y difícil de superar, en concreto la pérdida de alguien que no debería haberse ido tan pronto. Estos últimos cuatro días han sido muy duros para mí, todavía estoy en proceso de asimilarlo y recuperarme, y a veces siento que aún no he llorado todo lo que podría llorar.
 Hoy me he pasado a visitaros a algunos de vosotros, pero no he comentado porque no me sentía con ánimos. Estos días han sido muy extraños, llenos de emociones diversas.
Por eso, no sé cuando volveré.
Técnicamente, el lunes tendría que subir mi relato para Adictos a la Escritura. Quizás lo haga, aunque todavía no he escrito nada. Pero también es posible que no lo haga. Por eso, os pido disculpas de nuevo, adictos. Lo intentaré.
Después de eso, sinceramente no sé qué voy a hacer, no creo que me pase por aquí en una temporada, además de que la semana que viene es la graduación, y tampoco voy a tener tiempo.
En todo caso, creo que ya os he dicho todo lo que tenía que decir.



Estos días no he dejado de hablarte, ni yo ni nadie,  pero sentía la necesidad de dejarte un último mensaje aquí, no sé porqué, aunque sea inadecuado, aunque no deba, aunque no lo puedas leer:

Siempre estarás con nosotros, Pache, no lo dudes. Descansa en paz, amigo.

Espero que algún día, algún día, no importa ni cuándo ni dónde, puedas leer todos estos mensajes.