Dejo un escrito al que no he podido clasificar xD
Cuando yo era pequeña...
Cuando yo
era pequeña hacía cosas que ahora ya no hago. Vivía aventuras en cualquier
lugar y en cualquier momento. Era princesa, hechicera y exploradora. Veía
pasadizos secretos en cualquier parte, corría en laberintos y vivía en castillos
flotantes. Cualquier edificio podría haberlo sido.
Veía la
realidad tal como yo la quería ver, y los muchos universos que habitaban mi
cabeza se superponían al lejano mundo en el que vivían los adultos. Al crecer,
en algún momento cambié. Ahora estoy en el mismo sitio en el que están todos
los demás, y mis ojos también ven lo mismo. ¿Exactamente en qué momento el
mundo perdió su magia? ¿Por qué las nubes ya no son de algodón? ¿Por qué los
arcoíris ya no se pueden tocar? Ahora mismo yo solo soy yo. Ni fiera guerrera
ni frágil princesa. Yo.
He crecido,
es verdad. Si quisiera, podría dejar de soñar. Podría abandonarme para siempre
a la realidad. Pero la realidad no está definida.
Cuando yo
era pequeña nunca me preocupaba de la realidad. Lo que yo vivía era lo real.
¿Por qué ahora no puede ser igual? En el fondo, nosotros seguimos teniendo
nuestros propios mundos, y perseguimos nuestra propia realidad. Cada día vemos
el paisaje que nos envuelve de una manera distinta. Aún podemos vivir historias
fantásticas, o simplemente imaginarlas. Aún podemos existir en mil universos
distintos y tener muchos papeles diferentes. No estamos definidos.
Es verdad
que crecemos, maduramos y adquirimos responsabilidades. Pero, en el fondo,
¿realmente perdemos al niño que tenemos dentro?
Yo creo que,
a pesar de todo, nunca dejamos de ser pequeños en nuestro interior. Porque
nunca dejamos de soñar.
1 comentario:
Me gustó mucho y me sentí identificada, pero hasta ahora nunca dejé de soñar y lo seguiré haciendo, por más que haya que enfrentar la vida. Soñar es una manera de enfrentarla, de vivirla.
Yo creo que hay personas que sí han perdido a su niño interior: todos aquellos que viven amargados, personas que no sonríen. Todos ellos han perdido a su niño interior.
Besos.
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