Proyecto enero: Sensaciones.

Estoy contenta. Veo por los comentarios que mi texto ha dado mucho de sí y está abierto a mil posibilidades distintas. Estoy de acuerlo con Laura, creo que, más importante aún que entender lo que yo quería escribir es que cada uno lo interpretase a su propia manera, con conjeturas, creo que un escrito que no está del todo definido, sino que cada uno que lo lee lo ve de un modo distinto, puede ser también bello. Aunque yo lo escribí pensando en un escenario, un personaje y una historia más bien simple, sin intentar ir más allá, otros muchos lo han leído viendo en ellos cosas distintas, como la falta de libertad y temores de una persona, un corazón o la muerte de alguien. Creo que es fantástico escribir algo que cada uno lo vea y lo crea de un modo distinto, abre la mente y la imaginación. Gracias de nuevo por leerme.

Hola!
Este es un escrito para el ejercicio de Adictos a la escritura de este mes, Sensaciones. Antes que nada os advierto que el texto puede ser difícil de entender (por experiencia previa, ya que hubo cierta gente que creyó que trataba de una persona que era atropellada por un camión y su alma volaba al cielo). Pero como me han recomendado que no lo aclare, no lo haré. He intentado ponerme en la mente de aquello así que puede haber cosas raras por ahí, pero bueno...supongo que si es poco comprensible en el fondo es culpa mía.  Aún así, ¡espero que os guste! Si no lo entendéis, por favor, avisadlo en los comentarios.

Sensaciones: libre

Con un zumbido, lo intenta otra vez. Pero no lo consigue, choca de nuevo con aquello inexistente que su mente simple no logra concebir. Comprueba confundido que la libertad está a solo un paso, pero no logra llegar hasta ella. La libertad se mueve, se desliza enfrente suya cambiando rápidamente de escenario.

Quizá haya sido demasiado suave. Tiene la esperanza de que, si se lanza con todas sus fuerzas, tal vez logre atravesar la barrera. Reúne sus energías, las pocas que le quedan aún, y embiste con toda su furia y desesperación. Fracasa, fracasa estrepitosamente, y el terrible impacto que recibe provoca que caiga aturdido, con unos cuantos miembros aplastados, flotando a la deriva de aquel suelo suave y negro.

Detrás, el monstruo lo observa fijamente. Siente sus gigantescos ojos oscuros y su sonora respiración sobre él. Si le da por matarle, sabe que esta vez no logrará escapar. Está débil, ese ambiente enrarecido, húmedo y caluroso le está quitando la vida poco a poco. Se siente pesado, oprimido por el aire agobiante y cerrado. El suelo tiembla bajo su minúsculo cuerpo. El exterior cambia continuamente.

El monstruo se acerca peligrosamente, sin dejar de mirarle. Los dos agujeros por los que respira sueltan una cálida ráfaga de aire que le sacude. Es demasiado grande, y él demasiado pequeño. Hasta entonces, había logrado esquivar a duras penas sus enormes manazas, pero ya no puede.

Suena algo parecido a un “clic”, y con un enorme estruendo la barrera invisible comienza a deslizarse hacia abajo. Se aparta de él a toda prisa, con miedo, pero ese muro se para a medio camino. Arriba todo es más fresco, más nítido, más luminoso. Entran los sonidos de fuera, y el paisaje se detiene. El suelo deja de temblar. Pero el exterior está aún demasiado alto como para poderlo alcanzar. El monstruo sigue observándolo, esperando alguna reacción de su parte, y él sabe lo que debe hacer.

La libertad le aguarda, llena de promesas. Presiente que no le queda mucho tiempo. Y lo hace de nuevo. Con la fuerza que no tiene, agita sus pesadas alas y siente que se eleva poco a poco. Aún está lejos del borde, parece que no vaya a llegar nunca. Pero sigue con determinación. Está muy cansado, sus movimientos son torpes y lentos, aunque está un poco más cerca que antes. Vuela, y vuela, y vuela hacia arriba. Consigue encaramarse al borde y se detiene para descansar. Delante suya, un gigante de tres ojos lo saluda. El ojo rojo se apaga y aparece abajo uno verde. Con un zumbido, salta hacia fuera. Es libre.

Angy.W