Relato: Noche extraña (especial Halloween 3)

Hola! :D

He aqui el tercer escrito. En éste no se respira ese ambiente agitado y lleno de pánico del relato anterior sino que es más bien angustiante y tenso, ya que los que han leído la saga sabrán qué pasará al final ;) Pero están omitidos los elementos perturbadores, macabros, violentos o sangrientos, ésos están reservados para el último episodio ^^.

Espero que os guste!
Aunque se pueden leer perfectamente por separado, la historia no comienza aquí:

Relato 1

Relato 2

Noche extraña



Caminaba con gesto cansado, con los hombros hundidos y el maldito y pesado maletín lleno de papeles en una dolorida y roja mano. Tener el coche averiado suponía una verdadera tortura para su pesado cuerpo.

Ese día había sido más agotador de lo habitual, y regresaba muy tarde. Ya no confiaba en que le esperasen para cenar. Por fin, tras lo que parecía una eternidad, llegó a la puerta de su casa. Al entrar, la oscuridad casi absoluta que le recibió le cogió por sorpresa. Tanteó nervioso la pared buscando el interruptor, mientras, inseguro, los llamaba.
Nadie respondió.
Suspiró y se dirigió al salón. Debía completar muchas tareas para el día siguiente, pero había llegado hasta un punto en el que lo que leía carecía ya de sentido. Así que hizo lo que llevaba deseando desde hacía horas: se quitó los zapatos, colgó la chaqueta en el perchero, se aflojó la corbata y fue a la cocina a por una lata de cerveza. Después se dirigió directamente al sofá y encendió el televisor.

Suspiró de nuevo, esta vez de placer. Llevaba un rato así cuando oyó un ruido extraño en el piso de arriba. Escuchó mejor, seguía sonando. La televisión lo distorsionaba un poco y no podía distinguirlo bien pero se inquietó de nuevo, ¿qué podría ser? La soledad de la casa era muy lúgubre, y la luz del segundo piso estaba pasillo adentro, así que decidió ignorarlo.

Pero, muchos minutos después, el ruido seguía, empezaba a ser molesto. Agobiado y un poco nervioso, subió para comprobar qué era y vio estupefacto que el sonido procedía del baño: la ducha se había abierto. Abrió mucho los ojos cuando lo descubrió, ¿cómo era posible? ¿No estaba solo en la casa? Quizás fuera algún fallo en la instalación, o puede que se tratase de alguna broma que querían gastarle los otros dos. Si era así, no tenía gracia.

Al girarse tras cerrarla, vio desconcertado que en la superficie empañada del espejo había trazos y dibujos extraños. Se acercó lentamente, incrédulo, mientras los latidos de su corazón aceleraban. Se inclinó, viendo detrás de los garabatos su cara asustada. Oyó una risita procedente del dormitorio contiguo.

Ajá, al final sí que eran ellos. Salió del cuarto enfadado y entró en la habitación, pero al encender la luz comprobó perplejo que estaba vacía. Ahora sí que le estaba entrando miedo, miedo de verdad. Empezó a sudar, sin comprender lo que sucedía. ¿Había oído mal? ¿Se había equivocado de dormitorio, tal vez? Entró inseguro y vio que la ventana estaba abierta. Se acercó lentamente y se asomó, pero la calle estaba vacía. La cerró. Volvió a inspeccionar la habitación y gritó aterrado.

En el suelo y en la pared del armario había manchas de sangre seca. ¿Cómo no lo había visto antes? Empezó a temblar y a buscar el móvil para llamar a la policía. De repente, una mano salió rápidamente de debajo de la cama y le apresó el tobillo. Gritó aún más fuerte e intentó soltarse con desesperación, pero la otra mano también le agarró con fuerza, haciendo que perdiera el equilibrio. Se tambaleó y cayó, y los brazos lo empezaron a arrastrar hacia su escondite. Él, chillando, intentó resistirse, se retorció, pataleó, pero todo fue en vano. Las uñas que clavó en el suelo para detener su avance fueron dejando una siniestra marca en su camino hacia la perdición. Entre sus alaridos se mezclaron risotadas malvadas, y pronto todo él se perdió bajo la cama. Un minuto después ya no se oía nada.

Continúa en '12 campanadas'

Angy.W